domingo, 18 de octubre de 2009

SONETO A LA MUJER ATROZ (Por Allan Zúñiga)

Mujer de mis torturas, vital cruz
Vienes, me crucificas con tus besos,
En soberbia oscuridad veo la luz
Que alumbra mi vida ante los espesos

Manantiales de maldad en gran fiesta,
Hipócrita, tu mirada se humilla,
Y tanto mi corazón se molesta
Que tu blanca mano sea la astilla.

A lo lejos, logro ver una fuente,
me reconforta en tal devastación,
Invisible daga me has penetrado.

Tu malvado pensamiento que miente
Te empeñas en llegar a tu traición,
Mi alma, con presteza, la has cercenado.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Negros corazones existen (por Allan Zúñiga)


Negros corazones existen
Bajo hipócritas palabras
Ocultos bajos la belleza que les sirve
Para dominar con patrañas.

Negros corazones existen
Envueltos en engañosa seda
Se nos acercan y nos piden
Y nos roban y nada queda.

Negros corazones existen
En diabólicas miradas
Como si fueran personas tristes
Por el destino olvidadas.

Negros corazones existen
En los silencios de la mente
Cuando el sol por la luna agonice
Y la muerte esté presente.

Negros corazones existen
Disfrazados de sutiles modales
Si alcanzan lo que persiguen
Viviremos bajo cielos infernales.

Negros corazones existen
Negros latidos les dan vida
Negra sangre que persiste
En las negras venas de tu vida.

Misteriosas aves (por Allan Zúñiga)


Vuelan las misteriosas aves al cielo,
Candor y belleza incomparables
Extasiado las contemplo,
El gozo en mí no cabe.

Son reinas de las alturas,
Si de mí pudieran
Arrancar mis amarguras
Y en el universo las perdieran.

Sublime vuelo realizan
Por su libertad, se me llenan
De envidia mis días,
Solo la angustia queda.

viernes, 25 de septiembre de 2009

ALGUNOS POEMAS DE WILLIAM WORDSWORTH


WE ARE SEVEN (1798)

-A simple Child,
That lightly draws its breath,
And feels its life in every limb,
What should it know of death?

I met a little cottage Girl:
She was eight years old, she said;
Her hair was thick with many a curl
That clustered round her head.

She had a rustic, woodland air,
And she was wildly clad:
Her eyes were fair, and very hair;
- Her beauty made me glad.

"Sisters and brothers, little Maid,
How many may you be?"
"How many? Seven in all" she said
And wondering looked at me.

"And where arte they? I pray you tell"
She answered "Seven are we;
And two of us at Conway dwell,
And two are gone to sea.

"Two of us in the church-yard lie,
My sister and my brother;
And, in the church-yard cottage, I
Dwell near them with my mother."

"You say that two at Conway dwell,
And two are gone to sea,
Yet ye are seven ! - I pray you tell,
Sweet Maid, how this may be."

Then did the little maid reply.
"Seven boys and girls are we;
Two of us in the church-yard lie,
Beneath the church- yard tree."

"You run about, my little Maid,
Your limbs they are alive;
If two are in the church-yard laid,
Then ye are only five."

"Their graves are greeen, they may be seen,"
The little maid replied
"Twelve steps or more from my mother's door,
And they are side by side.

"My stockings there I often knit,
My kerchief there I hem;
And there upon the ground I sit,
And sing a song to them.

"And often after sunset, Sir,
When it is light and fair,
I take my little porringer,
And eat my supper there.

"The first that died was sister Jane;
In bed she moaning lay,
Till God released her of her pain;
And then she went away.

"So in the church-yard she was laid;
And, when cthe grass was dry,
Together round her grave we played,
My brother John and I.

"And when the ground was white with snow,
And I could run and slide,
My brother John was forced to go,
And he lies by her side."

"How many are you, then," said I,
"If they two are in heaven ?"
Quick was the little Maid's reply,
"O Master ! we are seven "

"But they are death; those two are death !
Their spirits are in heaven !
'T was throwing words away; for still
The little Maid would have her will,
And said " Nay, we are seven !"

viernes, 4 de septiembre de 2009

UN PROBLEMA DE AÑOS (por Allan Zúñiga)


Estoy cansado de tantos desengaños
y también de tantas decepciones
que he vivido en todos estos años.

Una serie de traiciones
que se clavan en el corazón,
quiero que me escuches y no me ignores
cuando está en juego mi pasión.

Solo deseo ir a aquel lugar
en el cual la maldad no me alcance
donde yo pueda estar
sin que tus labios me abracen.

Tú mi poesía pudiste ser
quizá algún día lo fuiste
pero ya no puedo entender
que amor no me diste....

viernes, 5 de junio de 2009

LA ORQUÍDEA AZUL (por Allan Zúñiga)

Orquídea de mi jardín, La orquídea que no me ha abandonado
Y que no lo hará, la orquídea que presenció mis deleites
Y mis llantos, aquella planta que estuvo a mi lado
En las horas de mis peores sufrimientos,
También se entusiasmó en mis gozos.

La orquídea espera paciente la noche,
Me susurra su cuidado entero,
Entre las profundas y silenciosas oscuridades,
Aquella callada cómplice del mundo y sus aconteceres
Atolondrados y cómicos;
Aquella amiga de siempre,
Que con su tierno y triste mirar
Logró hacerme meditar
Sobre la vida y el amor.
La orquídea azul, está en cualquier lugar.

IGNORANCIA Y ESTUPIDEZ (por Allan Zúñiga)

¿Pueden estos dos términos
estar unidos en una sola persona?
¿Pueden ser llevados como una doctrina,
una fe absurda?
Tal parece que sí,
en mi vida he visto gentes
ignorantes, estúpidas
cuyo placer consiste en vivir
en el mar de la nada, en los abismos de la brutalidad,
en los caminos de las tonterías.

Gentes que detestan leer, que les repudia
meditar, gentes cuyas almas son el símbolo perfecto
del único pecado gravísimo para cualquier
hombre culto y sabio: el desconocimento.

¿Y si se me diera la potestad
de impornerles castigo?
Esta mi respuesta es: colocar, sobre su insensata
y escandalosa lengua, un hierro candente; luego coser sus labios
con un hilo que jamás se reventara,
y para que yazcan completamente reducidos,
amputar sus dos manos para que nunca
pudiesen escribir lo que su inútil
cerebrillo engendra.